A veces en la vida te sientes andando sobre una cuerda floja a punto de perder el equilibrio.
Ni siquiera somos conscientes de que dicha cuerda tiene un final donde nos espera un lugar seguro en el que podremos dar pasos de optimismo en la linea de la vida.
La visión de este vacio, de esta caída hacia la nada nos perturba de tal forma que nos hace tambalearnos.
Desde la otra orilla nos extienden la mano pero la vemos lejos, inalcanzable... Este camino se recorre en solitario. La impaciencia por llegar al ansiado final nos angustia, hay que dar pasos tranquilos, pacientes, seguros...
Sin embargo, en el fondo de nuestra consciencia queda presente la idea de que por díficil que sea la situación, por lejana que se vislumbre la solución podremos sobreponernos a cualquier prueba que nos imponga la vida.
Los humanos, como animales que somos, tenemos un instinto de supervivencia que nos hace levantarnos cada día y seguir hacia adelante contra viento y marea...
Aunque a veces nos falten las ganas.
Ni siquiera somos conscientes de que dicha cuerda tiene un final donde nos espera un lugar seguro en el que podremos dar pasos de optimismo en la linea de la vida.
La visión de este vacio, de esta caída hacia la nada nos perturba de tal forma que nos hace tambalearnos.
Desde la otra orilla nos extienden la mano pero la vemos lejos, inalcanzable... Este camino se recorre en solitario. La impaciencia por llegar al ansiado final nos angustia, hay que dar pasos tranquilos, pacientes, seguros...
Sin embargo, en el fondo de nuestra consciencia queda presente la idea de que por díficil que sea la situación, por lejana que se vislumbre la solución podremos sobreponernos a cualquier prueba que nos imponga la vida.
Los humanos, como animales que somos, tenemos un instinto de supervivencia que nos hace levantarnos cada día y seguir hacia adelante contra viento y marea...
Aunque a veces nos falten las ganas.
Audio del día: Vanesa Martín - Perdiendo el equilibrio
Cierto, a veces la vida te pega unos palos terribles, de los que crees que no vas a poder levantarte, cuando te levantas, te haces fuerte, pero lo malo de esto, es que cuando la mala racha pasa y llegan las cosas buenas, uno ha sufrido tanto, que lo mira con desconfianza porque no se cree dueño de tan buena suerte y mira hacia todos lados buscando la trampa.
ResponderEliminarBesazos!!!
Luego, hay que saber disfrutar cada cosa que te da la vida en su momento y, después dejarla pasar.
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